La gravedad —y no, no tiene nada que ver con flotar— es un término muy utilizado entre cerveceros. Este dato se obtiene durante la elaboración para estimar cuántos azúcares se convertirán en alcohol; en suma, este cálculo determina el ABV de una cerveza.
Por supuesto, entender este concepto es sumamente importante para entender una receta por completo. En el siguiente artículo, desmenuzamos el concepto y te decimos cómo hacer la medición.
¿Qué es la gravedad de la cerveza?
Una lectura de gravedad se refiere a la cantidad total de sólidos disueltos en agua, en este caso, azúcares en la cerveza. Estos son consumidos por la levadura para convertir el mosto en la bebida en cuestión. La lectura siempre tiene un número uno, un punto y unas milésimas.
La gravedad que se mide antes de lanzar la levadura se conoce como gravedad original (OG por sus siglas en inglés). Este dato te permite darte una idea el potencial de porcentaje de alcohol en una cerveza. La medición también se hace después de enfriarse el mosto.
La gravedad original es importante para proseguir con la elaboración y la eventual fermentación. También deberás tomar la gravedad específica (SG por sus siglas en inglés) durante el proceso para asegurarte de que los niveles de gravedad permanecerán consistentes de un lote a otro, y que no habrá problemas de calidad de malta o de la productividad de la levadura.
¿Cómo se mide la gravedad de la cerveza?
El densímetro —contenido, por ejemplo, en nuestro kit para principiantes— es la herramienta indicada para ello. Se trata de un tubo de plástico parecido a un termómetro, cuya escala permite saber la gravedad del líquido. Este te permitirá medir la gravedad específica en comparación con la del agua, que es de 1.000.
Entre más densa sea la solución, más alto flotará el densímetro, y la lectura será superior a 1.000. Conforme la levadura consuma el azúcar, la densidad del mosto irá aumentando, lo que causará que el densímetro arroje una lectura más cercana al 1.000.
Distintos fermentables —centeno, cebada, miel, frutas, etc. — provocan diferentes incrementos en la gravedad, esto debido a la variada cantidad de azúcares fermentables que contiene cada uno. Por ello, conocer este dato de todos los ingredientes te permitirá saber cómo cada fermentable afecta la gravedad original de tu cerveza.
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Calculando el ABV con la gravedad
Una vez que tienes la gravedad original, puedes seguir con el proceso, y al término de este podrás tener la gravedad final, lo que te permitirá calcular el ABV, o sea, el contenido alcohólico de tu cerveza.
La fórmula es la siguiente:
ABV = (OG – FG) x 131.25
El 131.25 es una constante que viene de dos factores:
- 1.05 es el número de gramos de etanol generados por cada gramo de CO² liberados durante la fermentación.
- 0.80 representa la densidad aproximada del alcohol, que es necesaria para convertir ABW (alcohol por peso) a ABV.
La importancia de la gravedad de la cerveza
La gravedad es esencial para todo cervecero, pero a un bebedor casual también puede resultarle útil conocer este concepto al momento de pedir una cerveza.
Entonces, en conclusión, con menos azúcar disuelta, la gravedad será menor, por lo que el contenido alcohólico será bajo. En esa categoría entran, por ejemplo, las cervezas de sesión y las menos dulces; del otro lado del espectro están las de alta gravedad, en las que hay más azúcares para la levadura, lo que da como resultado un mayor ABV.
Fuentes: The Spruce Eats
The Tap on Ponce
CraftBeer.com
Grainfather