Las levaduras son microorganismos que se reproducen en ciernes. Están biológicamente clasificados como hongos y son responsables de convertir los azúcares fermentables en alcohol y otros subproductos. Hay cientos de variedades y cepas, aunque existen dos principales para hacer cerveza: ale (fermentación alta) y lager (fermentación baja). A continuación, te hablamos un poco sobre ellas:
Levaduras para cerveza de fermentación alta
Las levaduras ale son usadas en temperaturas que van de 10 a 25 ºC, aunque algunas no fermentarán de manera activa debajo de los 12 ºC. Son consideradas de alta fermentación porque suben hasta la superficie durante el proceso, creando una gruesa y rica cabeza de levadura. Esto da como resultado cervezas altas en ésteres, un rasgo distintivo de las ale.
Levaduras para cerveza de fermentación baja
Las cepas de levadura para lagers son usadas en temperaturas que van de 7 a 15 ºC. En este rango, las levaduras para lagers crecen más rápido que las ale y con menos espuma en la superficie, ya que suelen asentarse en el fondo durante la fermentación. El sabor final dependerá de la temperatura en la que se mantuvo.
Fermentación espontánea
Se refiere a la cerveza que es expuesta al ambiente para dejar que las bacterias la fermenten de manera natural. Las que son producidas en este estado suelen ser agrias, sin filtrar e inspiradas en la tradición lambic. Este método ha sido practicado en la región flamenca de Bélgica.
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Subproductos de las levaduras para cerveza
La levadura impacta en el sabor y el aroma de la cerveza más de lo que uno pudiera pensar. Estos son derivados de una gran cantidad de componentes y no solo el agua, la malta y los lúpulos los afectan directamente. Durante la fermentación y la maduración, la síntesis de la levadura genera subproductos como etanol, dióxido de carbono y algunos de los compuestos de sabor nombrados a continuación:
- Acetaldehído (aroma a manzana verde)
- Diacetilo (sabor y aroma mantecoso)
- Sulfuro de dimetilo (sabor y aroma a maíz dulce)
- Clavo (con notas picantes)
- Frutal (sabor y aroma a plátano, fresa o manzana)
- Medicinal (notas fenólicas)
- Solvente (reminiscente a la acetona)
- Sulfuro (reminiscente a huevos podridos)
Por supuesto, algunos de los anteriores pueden ser no deseados dependiendo del estilo que se quiera conseguir.
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