El precio de la cerveza podría subir notablemente en este siglo y nada tendría que ver con las tendencias de la elaboración artesanal. En su lugar, un nuevo estudio dice que los precios podrían duplicarse, en promedio, debido al costo de la cebada malteada, ingrediente clave de la bebida.
Proyectando las tendencias de calor y sequía de las próximas décadas, un equipo de investigadores de China, Reino Unido y Estados Unidos encontraron que la producción de cebada podría verse afectada por el cambio climático. Esto significa que, en muchas partes del mundo, la gente tendría que pagar más por la cerveza.
En Irlanda, una nación tradicionalmente cervecera, los precios incluso podrían triplicarse, según el estudio. Otros países probablemente tendrían que disminuir su consumo, ya que los productores estarían exportando más cebada a los territorios donde se dificulte su cosecha, dado el cambio de las condiciones climáticas.
Los investigadores reconocen que el precio de la cerveza no es lo más preocupante del cambio climático; pero en el estudio publicado en Nature Plants hace unos días, estos dicen que se trata de solo un ejemplo de los varios efectos del clima extremo.
Steven J. Davis, uno de los investigadores, describe una de sus predicciones:
En escenarios con un clima más caliente, hasta 100 eventos de calor y sequía podrían ocurrir cada tres años, lo que disminuiría la producción de cebada en un 17 por ciento y aumentaría a su vez el precio de un six de cerveza en Estados Unidos en uno o hasta ocho dólares.
Los efectos descritos en el reporte son complejos, ya que los científicos utilizaron distintas herramientas para poder hacer la predicción: una para anticipar varios escenarios climáticos, otra para la producción agraria y una más para identificar las posibles condiciones económicas que resulten. Cabe destacar que los efectos variarían en cada región.
Bajo cuatro escenarios climáticos diferentes creados desde 2010 hasta 2099, los productores de cebada verían pérdidas de entre 3 y 17 por ciento dependiendo de la severidad de las condiciones.
Además del impacto general, las diferencias regionales serían notables. Sudamérica y otras áreas tropicales tendrían muchos problemas. En China y Estados Unidos, la producción aumentaría, pero no lo suficiente para satisfacer la demanda mundial.
Lee también: Carlsberg reemplazará anillos de plástico en sus cervezas con pegamento reciclable
Según el estudio, el cambio climático podría alterar el mercado de la cerveza y cebada. Una situación muy posible es que China, consumidor número uno de Budweiser, disminuiría su consumo.
Sea cual sea el escenario, los bebedores de Irlanda, Canadá, Polonia e Italia serían los que verían los mayores incrementos. Los de Bélgica y Reino Unido también estarían en el top ten.
Incluso bajo dos modelos climáticos no tan severos, se pronostica que el consumo de cerveza en China caería hasta 2 billones de litros en promedio. Estados Unidos no se quedaría atrás, ya que la disminución podría caer también hasta 1.75 billones.
Los investigadores saben que su estudio tiene varias limitaciones. Primero, es difícil predecir el comportamiento y gustos de los consumidores, por lo que existe la posibilidad de que los productores encuentren formas de adaptarse.
El estudio afirma que los resultados reflejan el impacto extremo de los eventos como si ocurrieran hoy en día. La población global y las condiciones socioeconómicas son algunas de sus constantes.
La Asociación de Cerveceros de Estados Unidos respondió al reporte calificándolo como “un ejercicio académico que no debería quitarles el sueño a los amantes de la cerveza”.
Bart Wason, economista; y Chris Swersey, experto en cadenas de suministro, dicen que la industria cervecera ya está preparando para el cambio climático y que la eficiencia en la producción de cebada ha ido creciendo con el tiempo.
Estos dos personajes aseguran que otro elemento a considerar es que la investigación no solo intenta ayudar a la cebada, sino también a los lúpulos, otro ingrediente crucial, para que ambos puedan soportar sequías y las altas temperaturas.
Los autores de este trabajo creen que están dando el primer paso para analizar el impacto a largo plazo en la cerveza. Su intención es aislar los efectos de los eventos del clima extrema manteniendo las demás condiciones constantes.
Por supuesto, también debemos considerar a aquellos que podrían soportar el encarecimiento de la cerveza. Otro estudio reciente publicado en The Lancet asegura que no beberla es lo más saludable; pero Dabo Guan, uno de los investigadores detrás, sabe que la bebida es parte de la historia de la humanidad desde hace miles de años.
Esto es lo que dice Guan:
Podrá decirse que consumir menos cerveza no es desastroso y que hasta podría ser saludable, pero no debe quedar duda de que el impacto del cambio climático en la disponibilidad de la bebida agregaría sal a la herida.
Toda la atención que ha recibido la investigación inicial preocupa en otro sentido a Davis, pues cree que establece un punto de vista inesperado sobre las prioridades ante el cambio climático.
Fuente: National Public Radio