Una tarde degustando vino tinto con quesos suena bien, pero quizá debas saber que este último tiene bastantes taninos, compuesto químico que cubre la boca y “entorpece” las papilas gustativas, lo que previene que puedas apreciar todas las complejidades del queso. Por eso, lo mejor es hacer un maridaje de cerveza con queso, pues la sensación espumosa que queda en la boca permite que podamos percibir mejor el sabor de este último, además de preparar nuestro sentido para otro bocado.
Cabe mencionar que los sabores de la cerveza se complementan mejor con los del queso. Debido a que el vino está elaborado con uvas, su carácter es frutal; por otro lado, la cerveza está hecha de granos y hierbas, lo que resulta en sabores similares al queso, el cual es elaborado a partir de leche de animales que se alimentan de pasto.
En realidad, no es tan complicado hacer un maridaje de cerveza con queso. Lo que debes hacer es equilibrar la intensidad y buscar sabores complementarios o contrastantes. El gusto de cada uno es distinto, por lo que debes probar varias opciones para identificar la mejor. A continuación, te dejamos con algunas recomendaciones:
Hefeweizen con queso de cabra fresco
Este tipo de queso tiene un sabor delicado y una textura densa. Una hefeweizen es perfecta para este cremoso queso. Su carácter cítrico va muy bien con el sabor parecido al limón de este último.
Saison con gruyer
Un queso gruyer estilo alpino tiene un gran rango de sabores: cuero, avellanas tostadas, flores primaverales… Como la mayoría de los añejos, este es muy rico en sabor, lo cual se puede contrarrestar con una saison fresca. Sus notas a levadura se asemejarán al carácter frutal del queso
Sour ale y camembert
No estamos hablando de un camembert de la tienda, sino uno que realmente huela. Afortunadamente, una sour ale tiene lo necesario para complementar ese sabor terroso. De cualquier manera, se trata de un emparejamiento intenso, por lo que agregar algo dulce como miel no sería una mala idea.
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Amber Ale con manchego
Los quesos añejos de oveja son salados y con algunas notas a nuez. Pruébalos con algo dulce como una amber ale maltosa para alcanzar la gloria. Combinar las maltas tostadas con este queso creará un efecto muy singular.
Ale belga con èpoisse
Este queso necesita algo igual de robusto para poder apreciarse al máximo. Los dulces sabores de una ale belga atenúan el olor y se mantienen ante la textura lactosa del èpoisse. Juntos crean un sabor tostado y acaramelado que te puede recordar hasta un tipo de postre.
IPA con cheddar
El cheddar estilo inglés es seco y más interesante que uno de bloque. Su sabor más frutal y herboso es perfecto para los lúpulos más amargos y los sabores tropicales de una IPA. Se trata de una combinación que indudablemente nos recordará la madera.
Stout con stilton
Un queso azul como el stilton tiene sal extra que le ayuda a que esos moldes azules florezcan. Es uno de los quesos más intrépidos que hay, por lo que sin duda puede lidiar con una stout chocolatosa. Esta combinación es un postre tan perfecto como un pretzel cubierto de chocolate.
Fuente: Thrillist