Muchas cervecerías filtran su cerveza para mejorar el sabor y la claridad, cosa que no suelen hacer los cerveceros caseros, ya sea por falta de equipo o porque así lo prefieren. Filtrar la cerveza es una buena opción para aquellos nivel intermedio o avanzado que buscan una cerveza clara de sabor suave.
¿Por qué filtrar la cerveza?
El filtrado de cerveza elimina la levadura, los taninos y algunas proteínas que contribuyen a sabores no deseados y a que sea brumosa. Si bien estas impurezas eventualmente desaparecerán por medio del lagering y la maduración, la filtración acelera el proceso, haciéndolo en minutos en lugar de semanas. Esta es la razón por la que las cervecerías utilizan filtros: es más barato hacerlo que dejar la cerveza almacenada por mucho tiempo.
El filtrado también remueve pequeñas impurezas en la cerveza, incluso aquellas que se quedan después de la maduración. Los filtros eliminan partículas de una micra o más pequeñas. Esto resulta en un sabor más limpio y una mejor claridad.
Pero surge una pregunta: ¿se puede filtrar la cerveza para eliminar el sedimento del fondo de las botellas? A menos que se cuente con un sistema de embarrilado, esto no es posible. El filtrado de cerveza remueve la levadura, así que, si se hace y luego se embotella con azúcar para carbonatar, nos quedaría una cerveza plana.
La única manera de filtrar y embotellar es hacerlo en un barril, para luego realizar una carbonatación artificial, usando una beer gun.
Escogiendo un filtro
Primero, se debe elegir el tamaño. El filtro debe ser lo suficientemente fino para eliminar los taninos y las células de la levadura, pero no tanto como alterar el sabor de la cerveza. Una micra es lo ideal, ya que uno menor a .5 micrómetros presenta el riesgo de perder sabor; más grande (cinco micras para arriba) puede dejar rastros de levadura.
Otro factor es qué tan rápido se puede tapar. Muchas cervecerías utilizan un filtro de dos etapas. Empiezan con uno de cinco micras para eliminar las partículas más grandes, y luego uno de .5 micrómetros para las más pequeñas. Si el presupuesto lo permite, esto es una gran opción, aunque un filtro de una micra también funciona.
Los filtros más populares son los de recipiente con elementos reemplazables. Estos no son caros y sirven muy bien si los cartuchos son de calidad. Algunos para vino vienen en forma de plato y abarcan una superficie mayor, lo cual disminuye el riesgo de atasco. No se recomienda usar filtros para agua, ya que es fácil que se tapen. Lo mejor es usar uno diseñado específicamente para la elaboración de cerveza.
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Filtrando la cerveza
Aunque el filtrado de cerveza acelera la maduración, esto no debe hacerse antes de tiempo. Algunos cambios químicos importantes se llevan a cabo durante la última parte de la fermentación y al principio de la maduración. Si se detienen, el equilibrio del sabor será deficiente. Las cervecerías suelen utilizar aditivos y otras técnicas para filtrar la cerveza muy temprano.
Hay que permitir que la cerveza termine su fermentación y se quede en la secundaria por dos o tres semanas antes del filtrado, para luego embarrilarla. El proceso de filtrado es simple si se tienen dos barriles. Es necesario colocar el filtro entre el vacío y el lleno y usar la presión del CO2 para transferir la cerveza de uno a otro.
Una vez que el filtrado ha concluido, hay que cerrar el segundo barril, purgarlo varias veces, refrigerar y carbonatar normalmente.
Filtrar la cerveza no siempre es algo que se desee, pero cuando lo que se busca es claridad extra y un sabor más limpio, entonces sí es una buena alternativa.
Fuente: Beersmith